domingo, 3 de julio de 2011

A solas

“Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you

Then take me disappearin’ through the smoke rings of my mind
Down the foggy ruins of time, far past the frozen leaves
The haunted, frightened trees, out to the windy beach
Far from the twisted reach of crazy sorrow
Yes, to dance beneath the diamond sky with one hand waving free
Silhouetted by the sea, circled by the circus sands
With all memory and fate driven deep beneath the waves


Let me forget about today until tomorrow”

Bob Dylan - Mr Tambourine Man
  

Abrió la botella y la dejó sobre la mesa, se sentó y sobre sus brazos apoyó la cabeza observando el líquido parduzco. Esta noche beberé, me emborracharé hasta perder el sentido; porque no hay nadie para vaciar la botella conmigo, porque tú no estás para impedírmelo. Un trago, hormigueo; dos tragos, relajación; tres tragos, entumecimiento.

Hacía tiempo que su hombre de la pandereta no le tocaba una canción. Desde que ella había vuelto a su vida no le había hecho falta recurrir a esa embriagadora música que tanto echaba de menos en este momento.

Ella nunca la había entendido, ni tan siquiera estaba muy segura de que hubiese, alguna vez, querido entenderla. Eres débil, se limitaba a hacerle ver; y eso la hacía algo más fuerte.

Ahora ella ya no estaba; y lo único que deseaba era poder tener una pandereta cualquiera cerca que aplacase sus pensamientos. Quizás aquella pandereta que formaba parte de su pasado…su primera pandereta, de esas que dejan cicatrices y duelen hasta en la razón. Esa pandereta que le había prometido no volver a tocar...

La botella se fue vaciando poco a poco, solo sentía su respiración y el frío mármol de la mesa en la cara; ya no sabía muy bien donde tenía los brazos, aunque el alma le seguía pesando. Ojala sea feliz, pensó, ojala lo sea por las dos.

Y la canción de Bob Dylan sonaba por enésima vez cuando sus ojos se fueron cerrando poco a poco, entre recuerdos de lo que fue, lo que podría haber sido, y visiones de lo que será.

A.

5 comentarios:

Lu dijo...

Cielo, a veces me pones los pelos de punta...

Ariadna dijo...

Gracias :)

Sabes que es recíproco ;)

Marie dijo...

Tienes una tristeza bastante característica que roza lo ñoño. Yo soy más bruta, pero es agradable leerte.

Buenas noches.

Adryan dijo...

Tus pensamientos me hacen pensar... Cuando escribimos algo, puede que tengamos algún estado de ánimo en ese momento. Puede que sólo sea un breve pensamiento plasmado y deseando que otros lo lean y comprendan su complicada silueta... Pero aún no sé en qué piensas tú cuando los escribes... Crees que algún día puedas decirme? (sonrisa temerosa)

Ariadna dijo...

@Mariette: No lo roza, reconozco que lo es totalmente, para que me voy a engañar. Intento que no lo sea, pero a veces retorcer tanto las cosas para no intentar decirlas directamente es lo que termina generando. Realmente espero evolucionar, me queda mucho por aprender. Y adoro lo bruto de tus entradas, son una bofetada en la cara de las que gustan; y es lo que me tiene enganchada :)

@Adryan: En realidad escupo lo que pienso...solo que sé que debo masticarlo más.

Mil gracias por pasaros. Un beso.